miércoles, 4 de marzo de 2009

Carta de un Huérfano Parricida.

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Para no dar lugar a malentendidos, he de recalcar, que todo lo expuesto en este texto es totalmente ficticio.


Hola mamá,

Siento haberme ido así de casa, pero no podía mirarle más a la cara, los golpes que te atizaba me estaban causando moratones emocionales, y tenía miedo a hacer cualquier locura, no aguantaba más la forma en que te trataba, ni el desprecio con el que te hablaba como si fueras un ser inanimado. Juré hacia mis adentros, que esto no volvería a pasar, que ese cabrón no te volvería a tocar ni a abusar de ti de esa manera, pero el respeto que me infundió, asimismo como el temor a hacerle frente desde que tuve uso de razón, me pesa como sacos en la espalda.

Te miro y siento odio, rabia, ira, pero lo que más siento es impotencia, puesto que me veo incapaz de tomar una decisión y devolverle todo multiplicado por infinito de lo que te está haciendo, pero madre, no puedo, me encantaría hacer algo, y ojalá algún día pueda hacerlo y consiga quitarme esta losa de hormigón que pesa sobre mi espalda, pero de momento no puedo, y me pregunto si, ¿es por esto qué soy un cobarde mamá?

Siempre me alegré de haber vivido, de haber mamado de tus pechos, y de haberme alimentado de tu cariño y tener tu sangre, de que hayas sido la persona con mas amor para regalar, y que, sin embargo, el nunca apreció, pero lo cierto es, y últimamente y más que nunca ronda esta idea por mi cabeza, es que me encantaría que me hiciesen una transfusión de sangre, para limpiarme toda aquella sangre envenenada que él, como progenitor me ha dejado en maldita herencia a mí y a mis condescendientes, quedándome solo con tu bendita sangre.

Madre, te prometo que algún dia volveré, y que todo esto habrá acabado, estoy seguro que tu y yo podremos ser felices, sin tenerle miedo a ese animal, que pronto el desaparecerá y entonces nosotros podremos tener vidas normales, mientras tanto mamá, intentaré de una vez por todas curarme de esas heridas subyacentes a la piel que tengo, y poder recuperarme, para que me vuelvan a crecer alas, para poder volar contigo. Perdóname por huir y abandonarte mamá, pero espérame con los brazos abiertos y con fuerzas de poder agarrarme para que vueles conmigo. Te quiero.

Este joven nunca pudo volar con su madre, y actualmente, se encuentra sin una “vida” que el intentó recuperar, puesto que está encerrado en una cárcel española por haber asesinado a su padre, tras haber este matado a su madre a golpes.

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