miércoles, 16 de diciembre de 2009

Tic-Tac



Sintiendo morir tras cada “tictac”,

Vivo en el futuro,

Sintiendo la vida más lejana,

Y la muerte más cercana,

Sabiendo que lo peor llegará.


Apoderándose de mí,

Noto cada segundo que está,

Solo espero que cuando llegue,

Lo haga sin avisar.


Que No hay mejor dulce,

Que dormidos soñar,

Y despiertos vivir.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Relato - Sorbo tras sorbo, calada tras calada.

Sorbo de café

Curso del 63



Se trata de un programa que ha realizado Antena 3, que gracias a Dios por cierto, ha llegado a la conclusión.

Consistía dicho “reality” en el internamiento de un grupo de jóvenes en un centro escolar con las normas culturales y educativas propias de los años 60. Cabe recalcar, y como muy bien dice la pagina de Antena 3, que el programa no pretende que sea un retrato exacto de los institutos de los 60, ya que por ejemplo, el castigo físico propio de dicha década, en el programa es inconcebible, además de que chicos y chicas estudiaran juntos como sucede en el programa, tampoco era normal que ocurriera en los 60. Lo que pretende en realidad este programa (si se le puede llamar así), es abrir un debate sobre el actual sistema educativo y la actitud que muestra la juventud en todos los ámbitos de la vida.

En semejante programa que insulta a la inteligencia del ser humano, el profesorado de este “centro” está compuesto por un director que hacia cameos en series como “Upa Dance”, a un profesor que era monologuista en el canal “Paramount Comedy”, y otros diversos actores.

En cuanto al alumnado, han cogido la peor muestra de la sociedad, un grupo de jóvenes mayores de 18 años, la mayoría andaluces, por lo cual me siento bastante insultado, que no saben ni multiplicar, y que tienen de modales cero. A todo esto, y con respeto a los homosexuales, cosa también inconcebible en aquella época, han escogido a un par de ellos afeminados, situación que en aquella época le hubiera causado numerosas lesiones por acusaciones como la de “desviado”.

Por más que lo miro no encuentro debate alguno, y solo encuentro incongruencias y un programa carente de sentido sin ninguna relación existente real con la década de los 60, en el que lo más interesante que se puede observar son los lloriqueos de los niños malcriados por un tanga, la comida, maquillaje, niñatadas que hacen, y peleas y traiciones entre ellos.

La falta de respeto y la cantidad de insultos llega a un punto que llega a ser tan absurda que roza el ridículo e insultan mi inteligencia.

Pero lo más triste de todo esto, es la cantidad de audiencia que han tenido, y eso si que se debería debatir, sobre nuestros gustos televisivos, y es que después de esta bazofia, y otras más como las de Telecinco, pienso que nuestra sociedad está perdiendo los estribos prefiriendo ver situaciones estrambóticas y morbosas, en detrimento de programas que culturicen o que al menos nos informen de la verdadera realidad en la que vivimos.

Y ya, para colmo de los colmos, lo último fue ver publicidad de poli tonos para el móvil con frases del profesorado, y es que no paro de lanzarme las siguientes preguntas: ¿hasta dónde hemos llegado? Y ¿Hasta dónde llegaremos? ¿Es este el fiel reflejo de la juventud actual?

Para despedirme de esta mini critica he de dar las gracias Antena 3 por dejar en mal lugar a tantos jóvenes mayores de 18 años que son educados, estudiantes, cultos, responsables, formales, con buena presencia, correctos y con dos dedos de frente.

martes, 20 de octubre de 2009

jueves, 15 de octubre de 2009

El aleteo de la mariposa



En la vida andamos eligiendo constantemente, desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos. Decidimos sobre infinidad de cosas que pueden parecernos nimias como levantarnos un minuto antes o después, tomarnos una tostada con mantequilla o mermelada, a qué hora partir, que hacer, donde ir, a qué hora acostarnos, de que postura, donde…. En fin, que si nos pusiéramos a poner las elecciones que tomamos a lo largo de un día podríamos llevarnos hasta mañana.

Yo, como inquieto y desesperante escritor, lanzo una pregunta, ¿os habéis parado a pensar como cambiarían las cosas si tomáramos una u otra pequeña decisión? Y es que no paro de darle vueltas a lo que dice la teoría del caos que es lo siguiente: “el simple aleteo de una mariposa puede desencadenar un huracán en el otro extremo del mundo”, y bien cierto que es, ponte a pensar y descubrirás que gran relevancia tienen esos pequeños actos que omitimos o dejamos de omitir.

Piensa que si hubieras salido a comprar el pan 5 minutos antes, quizás hubieses podido ayudar a aquella anciana que cayó y estuvo 5 minutos sin socorrerla nadie, o piensa que si quizás hubieras conducido 5 minutos después, no hubieras tenido aquel accidente, o piensa que si quizás, no hubieras comido aquella tostada de mermelada que estaba caducada, no hubieras estado en el váter aquella tarde durante 20 minutos, y por tanto no te hubieras perdido aquel bus, que chocó contra un muro de carga.

Piensa y te rayarás, que incierto es el futuro, y que de momentos cruciales sufrimos a lo largo del día en cada segundo que transcurre.

Quien sabe cuántas de estas nimiedades, han podido cambiar nuestro sino y nuestra historia escrita desde hace años, quien sabe cuántas guerras se han ganado o perdido por ir al baño en el momento adecuado, y quien sabe cuántos héroes pudieron morir en la guerra por hacer un movimiento a la derecha en vez de a la izquierda, y si siguiéramos enumerando momentos, tardaríamos años en terminar. Que rallante todo de verdad, ¡que rallante coño!

lunes, 8 de junio de 2009

MIEDO



Miedo.

(Del lat. metus).

1. m. Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.

2. m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.

Desde que adquirí uso de raciocinio, me percaté en la percepción de un recelo común en todas las personas, el miedo.

Me di cuenta que era algo que iba vinculado a mí y que iba sufriendo modificaciones al igual que mi persona con el paso de los años. Recuerdo muchos de mis miedos, algunos ahora cuando los rememoro me parecen ridículos, quizás señal de que están superados. Pero el miedo no es algo que esté determinado desde un principio, sino que se trata de algo indeterminado y sin entidad fija en el tiempo. Algunos miedos aumentan, otros aminoran, otros son vencidos y con otros únicamente aprendes a vivir con ellos.

Imagino que tener miedo es algo cotidiano, incluso pensaría que todo el mundo tiene derecho a tener miedo, al igual que todos tenemos derecho a ser felices, ¿por qué no?

En mi corta vida, 19 añitos de nada, he intentado vencer mis adversidades con esfuerzo y valentía, pero no siempre es tan fácil. Podría enumerarte una lista de miedos no vencidos por gran parte de las personas, refiriéndome a miedos sentimentales podría enumerarte el miedo a enamorarte cuando sales de una relación, el miedo a que el pasado sea mejor que lo que te deparará el futuro, el miedo a las personas porque otras te hicieron daños, el miedo a la soledad, el miedo a la muerte, etcétera, etcétera. También podríamos enumerar otra cantidad de miedos ya considerados como los “no sentimentales”, que pueden ser las fobias a animales, a lugares, a viajar en determinados medios de transporte y muchos más, propios de personas de corta edad, de una edad más avanzada, y propios de gente anciana.

Donde quise llegar desde el comienzo de esta reflexión es al miedo a avanzar. Cuando pasamos por un momento malo en nuestra vida, siempre tenemos la sensación de lo que hemos dejado por el camino siempre será mejor que lo que nos vendrá en un futuro, incluso cuando el pasado fue tormentoso y parecido a un infierno. Ese miedo a avanzar nos condiciona hasta tal punto, que no somos realmente nosotros mismos, si no unos seres débiles, y estancados en el tiempo con tanto miedo a dar un paso adelante, que simplemente nos enclavamos en el mismo momento como si tuviéramos anclados nuestros pies, incapaces de dar un paso hacia delante.

Obviamente a todos nos gustaría avanzar, pero a veces el miedo nos puede, nos ciega hasta tal punto que tenemos los ojos tan cerrados que no podemos ver ni siquiera lo que sucede a un metro de nosotros. Pues bien señores, el futuro de bien sabidos es incierto, y como tal, no se puede deducir de antemano que lo que venga será peor, puesto que quizás sea mejor. El caso es arriesgarse a vivir, porque quien no arriesga no gana.

Decía Paulo Coelho que “Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar.” Y qué gran razón tenía en el momento de la elaboración de dicha frase, y si no, piensa ¿Cuántos sueños quedaron sin cumplirse por no arriesgar? ¿Cuántas personas quedaron solas por miedo a amar? ¿Cuántas personas vivieron amargadas por querer vivir en un recuerdo? ¿Cuántos murieron en vida por no superar una muerte? Multitud de preguntas podríamos hacernos al respecto, muchas sin respuesta, muchas con respuesta, la cuestión es, que la respuesta la tienes TÚ.

El único miedo que hay que tener, es el miedo a tener miedo.

A continuación, creí oportuno la redacción de un relato denominado “METUS” en relación con lo anterior.

METUS

Tiempos difíciles corrían para Couard, el joven francés de 19 años, había llegado a España con la idea de borrar de su mente lo que había ocurrido en la ciudad francesa de Metz. Había decidido llegar a España y hacer como se dice cotidianamente “borrón y cuenta nueva”.

Todo iba bien para el joven, hasta que vio a Valens por las calles de Madrid. Este había sido el mejor amigo de Couard, y se encontraba en la ciudad por motivos turísticos.

Valens, paseando por la Gran Vía de Madrid reconoció a su amigo que estaba observando un escaparate.

Cuando Couard reparó en la presencia de su amigo, se le descompuso la cara, sintió como de una manera u de otra, no sería tan fácil librarse de todo su pasado, y se dio cuenta que huir nunca sería la solución. Súbitamente le vinieron a la cabeza lo que pasó en Metz, recordó la caída de Jean Paul, mientras él y Valens bromeaban en lo alto de aquel puente.

Val, como así le llamaban cariñosamente reparó en la situación de su viejo amigo y rápidamente fue a asistirle y le dijo:

- Hola..¿Qué te pasa? Supongo que se que te pasa…y fue un accidente, deja de auto inculparte, pasó porque tenía que pasar, no tuvimos culpa.

- Si no hubiéramos estado allí, se podría haber evitado, lo sabes.- Le replicó Couard-

- La cosa es que estábamos, fue un accidente, así que deja de lamentarte e intenta ser feliz joder.

- No puedo, por más que lo intento no puedo.

- Vamos a dar un paseo, y hablamos.

El joven Couard asintió y se dispusieron a pasear por la Gran Vía madrileña. Cuando comenzaron a andar el joven Val, de 18 años, cogió por la espalda a su amigo y lo giró. Una vez realizado este acto se dirigió a su amigo y le dijo:

- Anda de frente, pero de espaldas.- Le ordenó Valens-.

- ¿Y esto a que viene?- pregunto sorprendido Couard-

- Tú calla y hazlo.

El joven empezó a andar de espaldas a la misma vez que su amigo, mientras, la cara de Cou, denotaba rareza por aquel suceso. De repente Valens le mandó parar al lado de un banco, le pidió que se sentase y se dirigió a él:

- ¿Te has dado cuenta Couard?

- ¿Darme cuenta de qué?-preguntó extrañado Couard.-

- Mira es fácil, -hizo una parada para sentarse al lado de su amigo y siguió- tú al andar de espaldas a la calle, no has podido observar todo lo que se apreciaba ante ti, no has observado las señales que se han ido dando, ni siquiera has podido superar aquellos obstáculos que se te han planteado en el camino. Solo has podido mirar lo que has recorrido, tu pasado, quedando imposible para ti numerosas cosas, cosas que pasaron ante ti y no te distes cuenta. Tienes demasiado miedo, tanto que te impide girarte hacia delante y andar, andar con paso decidido, hacia delante, hacia la vida. Mientras, yo he ido para el frente, y aunque cuando me hizo falta miré al pasado para ver el camino que había recorrido, me gustó más ver el camino que me quedaba por recorrer, ver las cosas cuando aparecen y no cuando ya pasaron, me gustó ver lo que se me venía encima, afrontarlo, y así evitar que me golpeara sin que pudiera hacer nada, en definitiva me gustó vivir la vida.

- ¡Vaya! Tienes toda la razón, pero ojala fuera todo tan fácil como lo describes….

- El camino lo tienes amigo, ya solo te queda andar de frente… en tu mano queda.

- Muchísimas gracias, me has hecho ver cosas que antes no me di cuenta, me alegra verte por estos barrios Val.

- A mí también feo, espero volver a verte pronto donde tienes que estar, en tu ciudad con tu gente, ahora me tengo que marchar, ya sabes…

- Adiós, y que sepas que... ¡volveré! jeje-se despidió entre risas Couard.

Después de este encuentro ambos amigos se separaron, pero no para siempre, Couard, hizo caso al consejo de su amigo y venció el miedo a avanzar y a vivir que se había convertido en intrínseco, y lo volvió a ver, pero en su tierra natal…

Reseña:

1. La primera letra del párrafo 2º, 3º, 4º, 5º, y 6º forman la palabra miedo.

2. En el relato, he utilizado el origen etimológico de palabras como MIEDO (METUS), COBARDE (COUARD) y VALIENTE (VALENS).

miércoles, 27 de mayo de 2009

DIvagaciones Mentales Paranoicas



Caso 1: Mis opiniones y reflexiones causan divergencias, mientras mis contestaciones resultan ofensivas y bordes para otros.
Conclusión: Ser sincero parece que es malo.
Definición de sincero: Verdadero, sin falsedad o hipocresía.

Caso 2: Trato bien a quien no se lo merece, y trato mal a aquel que no se lo merece.
Conclusión: Soy gilipollas.
Definición de gilipollas: Estúpido, lelo.

Caso 3: Vivo mi vida de manera distinta a los demás y no me gusta moverme por los cánones establecidos.
Conclusión: Salirse del mundo de borregos, te hace convertirte en raro.
Definición de raro: De comportamientos o ideas extravagantes.

Caso 4: Me gusta luchar por mis sueños y propósitos hasta morir. Mi lema “luchar o morir”.
Conclusión: Si luchas por lo que quieres con perseverancia, eres un coñazo.
Definición de coñazo: Persona o cosa aburrida y pesada.

Definición de mi persona: Soy un tío sincero, gilipollas, raro y coñazo.
Reflexión: A algunas personas les gusta como soy.
Conclusión de la reflexión: El mundo está loco.
Definición de loco: (Mecanismo) Que no funciona adecuadamente.



Canción dedicada para aquellos que no les gusta como soy:



O bien:



O el mundo está loco, o el loco soy yo, ni lo sé ni me importa, lo que te aseguro es que soy lo que soy, no lo que queráis que sea. Si os jode mi persona, lo siento, si os gusta, comentádmelo y os daré un apretón de manos para daros la enhorabuena por tener el privilegio de conocerme.
Conclusión de la despedida: Soy un arrogante.
Definición de arrogante: Altanero, soberbio.

Se despide, una persona sincera, rara, gilipollas, coñazo, arrogante, y quizás algo demente.

"¡Así "man parío" cojone!".

jueves, 30 de abril de 2009

Bajo un Puente



Y allí se encontraba Jesús, bajo el puente por el cual había pasado con su automóvil todos los días de su vida sin tomar demasiada importancia en lo que bajo él ocurría. Sin embargo, desde hacía un par de días se había parado a analizar lo que ocurría bajo él, observando los dos modelos antagónicos de vida que se producían a lo largo de las 24 horas de un día.

El puente era de unas dimensiones normales y de un aspecto normal. Bajo él se encontraban una carretera de doble sentido y un parque de una extensión no muy amplia. Durante el día, iban críos a pasar el rato con otros pequeños, junto a sus madres, mientras por la noche, sus recónditos rincones servían de hogar para algunos vagabundos de la ciudad, que escondidos entre aquellos pilares que sostenían aquel puente, encontraban el mejor refugio para acatar el clima de la calle.

Él analizaba el hecho y lo asumía de una manera inexplicable, intentaba absorber la esencia de la vida de aquel puente, que aunque para todos era algo corriente, para él, era especial, y era especial porque consideraba al puente como un ser sabio, un ser que veía durante el día los sueños y los juegos inventados por los niños, que sentía las ganas de vivir y la libertad de un crío, que percibía con admiración las preocupaciones y responsabilidades de las madres en sus vidas y hacia sus retoños, que escuchaba las conversaciones de toda clase de personas, y que durante la noche, se convertía en guardián de los desamparados, hacía de psicólogo para aguardar al pobre y escuchar sus sueños rotos, cobijaba del frío a aquellos que sin hogar necesitaban uno, y acompañaba al vagabundo para que este no se sintiera solo. En fin, era un ser que del día a la noche soportaba y aprehendía de la sabiduría del querer vivir y el querer morir, de los sueños y las pesadillas, de la alegría y la tristeza, de lo joven y lo viejo, y de lo feliz y lo infeliz.

Por tal sabiduría, Jesús envidiaba a aquel puente por todo lo que acaecía bajo él, lo admiraba, quería saber lo que sabía él, y por ello no dejaba de pensar desde hacía dos días en la banal pero maravillosa estructura de aquella construcción que daba sombra y cobijo a la realidad.

En aquellos entonces Jesús tenía algo que decir a una chica, se trataba de una amiga de él que se llamaba Esther. Desde hacía un tiempo, él y ella habían comenzado a flirtear y a liarse asiduamente. Habían pasado muchos momentos buenos juntos, y parecían que los sentimientos de ambos habían aumentado a medida que había pasado el tiempo, por eso, él ya quería formalizar la relación, quería poder gritar al mundo “¡Tengo novia!” y no tener el miedo a no saber qué significaba la relación que tenían ambos. Quería descubrir si para ella, él significaba lo mismo que ella era para él, y ansiaba saber si ella le amaba, porque él, la amaba como jamás había amado a nada ni nadie en este mundo.

Pensó, pensó y siguió pensando, quería hacer las cosas de una manera especial, deseaba que el momento fuera perfecto, como si fuese de película, así que lo primero que hizo fue pensar en un escenario. Tras pasar un par de días, obtuvo respuesta a su primer enigma, de forma súbita se le vino a la cabeza el puente, reflexionando, se dio cuenta que qué mejor lugar que el que percibe la gran cantidad de conceptos antagónicos que padece el amor: dolor y placer, muerte y vida, confianza y desconfianza, responsabilidad e irresponsabilidad, alegría y tristeza, juventud y vejez, sueños y pesadillas, felicidad y desgracia. Después de tomar la primera decisión, tenía que saber que diría a Esther, como se lo diría, y de qué forma lo haría, así que siguió trabajando su mente, siguió recapacitando y planeando como si se tratara del guión de una película, y cuando empezó a tenerlo claro, comenzó a transcribir sus ideas y pensamientos en un trozo de papel.

Ya lo tenía casi todo, tenía el escenario, tenía el diálogo, y tenía a los protagonistas de aquella historia, así que solo quedaba llevar a cabo la idea. El inicio de aquella película que tenía en mente Jesús ya había empezado hace mucho, la trama había avanzado favorablemente, y ahora solo hacía falta el desenlace, la forma de culminar algo, para que pudiese empezar otro proyecto, distinto, con mas fuerzas, así que llamó por teléfono a Esther y dijo:

- Tenemos que hablar.-Dijo él de una forma quizás un poco fría-.

- ¿Qué pasa?- Preguntó asustada ella.

- Jajá-rió-No te preocupes mujer, que no es nada malo, solo confía en mí.-Contestó él en tono apaciguador-

- Vale, jeje, ¿puedes recogerme en una hora?- Preguntó Esther-.

- Sí cariño, en una hora estoy allí, ciao bambina.-Contestó de forma cariñosa el joven-.

- Adiós guapo.-Se despidió ella de forma dulce-.

Después de aquella breve charla, el joven se duchó y se vistió de una manera arreglada, no quería decir aquellas importantísimas palabras, yendo como un “fantoche”. Tras acicalarse, pasó a recoger a la joven. La joven denotaba en su rostro algo de incertidumbre, no sabía que le quería decir él. Cuando montó en el coche, solamente se habían saludado, y su preocupación entonces había aumentado. De repente Jesús paró el coche.

- Hemos llegado.-Dijo él-.

- ¿ A dónde?¿A qué sitio me traes?¿Este sitio por qué?-Preguntó nerviosa la joven.

- No hagas más preguntas por favor, siéntate en ese banco, hay algo que te quiero decir.-Contestó él tratando de calmar a la joven.-

- No me asustes Jesús, que nos conocemos...-Dijo ella de una forma lenta y asustada-.

- Jajá, que no tonta, solo escucha atentamente a esto que te voy a leer, cierra los ojos y escucha.-habló el joven en tono persuasivo-.

- Vale.-Dijo Esther mientras asentía con la cabeza-.

- Allá voy.-Tragó saliva Jesús y prosiguió-. Estar debajo de un puente podría ser mi casa, lo sabes, puede ser nada, pero para mí puede ser todo, solo si estás junto a mí. Aunque te parezca soso, nimio, o feo, no lo es, solo puedo ver bajo él colores, sueños, ilusiones; las puedo oler, las puedo ver, están revoloteando de aquí a allá entre sus columnas, y creo que ya es hora de cogerlas y empezar, empezar a hacerlas realidad, y comenzar algo juntos que quizá no tenga fin, y de que en el caso que lo hubiere, te dejaría con un buen sabor de boca, por eso corazón mío…… ¿Quieres empezar una relación conmigo?.-Culminó de forma fantástica el joven su discurso-.

La joven no podía hablar, una lágrima escapaba de sus ojos, y acariciaba su cara de forma dulce, como pudo sacó fuerzas y habló.

- Sí, si quiero.-Dijo de una forma débil y tenue debido a la emoción-.

- Entonces… ¿aceptas esta flor como presente del comienzo de nuestra relación?-preguntó el joven con cara de felicidad.-

- Sí, gracias. Te quiero.-Contestó Esther-.

- Y yo también… ¿y entonces a qué esperas para besarme?-Preguntó de una forma descarada y burlona Jesús-.

Ella se levantó rápidamente y corrió hacia él, lo abrazo y lo besó. Durante 5 minutos quedaron envueltos en una burbuja de amor bajo aquel puente, que había visto otra historia nueva más, que si hablara seguramente tendría otra anécdota más que contar. Fue entonces cuando Jesús empezó a pensar que su final de película había salido perfecto, pero que no quería terminarlo con un beso como en la mayoría, y que tampoco fueran unas palabras que dijeran “fin”, o “the end”, así que rompió el sonido de las caricias y los besos y habló:

- Amor, me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo, gracias.-Dijo con tono de agradecimiento el joven-.

- Y tú a mí la mujer más feliz del mundo, hacía tiempo que soñaba con este momento.-Le contestó ella-.

- Pues ya ha pasado, y recuerda una cosa princesa….”BAJO UN PUENTE, PERO CONTIGO”.-Dijo Jesús, terminando de esta forma su película personal-.

sábado, 25 de abril de 2009

El Secreto de la Noche




Eran las 4 de la mañana de un lunes, Luis se encontraba frente al ordenador, quería escribir, quería quedarse vacío y liberar su mente, espolvorear al lector con todo aquello que guardaba dentro, y sentirse relajado. Últimamente no pasaba un buen momento y tenía que desahogarse de alguna manera, pero no podía escribir, estaba bloqueado.

La impotencia de querer y no poder del momento lo estaba volviendo loco, intentaba sacar lágrimas guardadas y no podía, intentaba pensar y no podía, todo aquello que intentaba no le salía, no podía.

Después de sentirse tan bloqueado y tan inútil, decidió salir fuera de su casa. Un amigo suyo le había comentado que sentirse solo en la oscuridad le ayudaba, le hacía sentirse dueño del momento al menos por una vez en su vida, dueño de la noche como lo llamaba él. El hecho de estar en la más inmensa oscuridad alumbrado solo por el lejano e insinuante brillo de las estrellas le hacía sentirse parte de algo especial, así que le hizo caso. Cogió un abrigo de su dormitorio y salió afuera.

Una vez fuera de su hogar, subió a la azotea, aquellas escaleras le parecían tenebrosas a esas horas de la noche, pero a la vez pacificas, como si fuera un ser dormido que no pudiera hacerle daño, en realidad así veía a la noche, todo lo que formaba parte de ella para él estaba descansando, durmiendo, en paz.

Tras haber subido de forma silenciosa y realizando tal acto de subir con un cuidado intrínseco, se tumbo en la azotea. Allí miró al cielo, estaba todo oscuro, lo veía tan oscuro como a su vida misma, decidió entonces sacar un cigarro y encenderlo. Se dio cuenta entonces que el sonido del mechero nunca había sonado más fuerte, la noche había logrado que tal sonido sonara mejor, que fuera más claro, y que la llama de este brillara más que nunca.

-” ¿Por qué no podía pasar lo mismo con su vida?” -pensó él.

Recostado en la azotea, escuchaba sus caladas, sentía como procesaba el humo por su boca hasta llegar al pulmón, y notaba al aire alquitranado volver a salir por su boca y su nariz. Se estaba encantando del momento, estaba descubriendo cosas que antes no pensaba que fueran así.

El cielo sin embargo seguía muy oscuro, no divisaba ningún astro por mucho más que mirase, pero él seguía con su empeño de querer ver las estrellas, y descubrir el “¿por qué?” era tan mágica la noche para su amigo, así que siguió mirando a la oscuridad acompañado de la melodía de sus pulmones trabajando mientras fumaba. Todo se estaba convirtiendo en un momento mágico para él, sin embargo no había conseguido su propósito, desbloquearse, empezar a descubrir el sentido de su vida y lidiar contra aquella angustia que sentía por dentro. Solo lo había conseguido parcialmente, y sentía impotencia por aquello.

Era cierto que ahora el cielo para él estaba más claro, que sus ojos se habían adaptado y ya no estaba tan oscuro, pero seguía sin ver las estrellas, hasta que de repente empezó a notar a lo lejos un pequeño brillo. Concentró toda su fuerza en aquel brillo, y este comenzó a ser más fuerte cuanto más pasaba el tiempo, estaba contento, cambió la mirada de lugar y se dio cuenta que había más puntos brillantes en el cielo, y que cada vez brillaban con más fuerza.

Empezó por fin a sentirse liberado, y empezó a darse cuenta, que la impotencia que había sentido antes y el bloqueo solo había sido pasajero, ahora veía las cosas mucho más claras, todo había empezado a tener sentido en su vida. Había descubierto que con paciencia y empeño podían conseguirse muchas cosas, y como cosas tan banales y tan comunes para él, esa noche estaban adquiriendo un cariz impresionante que estaba cambiando su vida y dándole sentido a todo. Realmente, estaba maravillado.

Miró y miró aquel cielo, no dejó de mirarlo, hasta que de repente se quedó dormido, dormido en la noche, como aquellas cosas que él consideraba que dormían por la noche. Se estaba dando cuenta, que el había sido participe de un momento mágico y que le gustaría que no acabara, pero todo lo bueno suele ser efímero, por eso hay que intentar aprender rápidamente, y así lo hizo.

Cuando despertó a media mañana, miró a su alrededor y vio como aquellas cosas habían despertado, la escalera ahora parecía alegre y divertida, un perro corría y ladraba, las flores tenían un color que por la noche había estado oculto, y ahora la noche estrellada, había sido sustituida por el astro rey que llenaba de inmensa claridad la oscuridad de la noche anterior. Todo para él había cambiado de la noche a la mañana, todo.

Por primera vez en mucho tiempo estaba feliz y su cara de hastió de la noche anterior también había cambiado, ahora retozaba una sonrisa radiante. Contemplando el paisaje desde lo alto de su azotea, y contento por todo lo que le había dado la noche, decidió bajar las escaleras con pasos fuertes y decididos y entró en su casa. Una vez dentro, se sentó delante de aquel ordenador, y escribió, simplemente escribió. Lo había logrado.