miércoles, 11 de febrero de 2009
Mi Rosa Roja
Creo que he aprendido a amar gracias a la Rosa Roja, tal es su belleza, que si la miras fijamente, quedas paralizado y envestido por su carismática presencia. He adquirido de ella mi rúbrica, mi manera de firmar un acto, mi manera de vivir y mis sueños, todo se lo debo a ella, mi Roja Rosa.
Por única entre tantas, ella es especial y diferente de todas las demás flores, ella es única y deseable, ella es una flor invulnerable, preciosa como ninguna posee el olor de los ángeles y tiene el color de la sangre que brota por nuestras venas. Su anatomía es perfecta y parece una princesa el día de su boda.
Su tallo contiene espinas, que transmite la fuerza vigorosa de una bestia salvaje a la que no puedes agarrar, pero que en el caso de poder agarrarla, tendrás entre manos una belleza indomable. Su tallo también es esbelto y elegante, clavándose en la mirada, impidiendo que dejemos de mirarla.
Sus pétalos son anchos y largos, dibujados en círculos que aminoran, que te hipnotizan y te dominan invitándote a soñar albergando la esperanza de encontrar dentro de esa oscuridad entre pétalos, la felicidad, la esperanza. Mirando fijamente a sus pétalos, sientes a los ángeles besarte con la dulzura de labios de miel, sientes que gran cantidad de manos aterciopeladas te invitan a que la acaricies, y sientes que no hay mejor placer que no parar de mirarla e intentar tocarla. Si logras tocarla, lo más parecido a un orgasmo recorre tu cuerpo, tu piel se torna de gallina, y esbozas un suspiro por haber tocado el cielo con la yema de tus dedos.
Cuando te acercas a la Rosa Roja y notas su olor, entremezclas infinitas maravillas en tu olfato, crees estar en el paraíso, donde lo que hueles es el olor a unicornio, algo insuperable y único que la caracteriza, que la convierte nuevamente en especial, en algo irrepetible, y que desearas que fuera perpetuo.
Cautivados por la Rosa Roja, mezclas la sensación del olor, el tacto, y la mirada, cayendo en un éxtasis de locura, donde caes perdidamente enamorado por sus características, perdiendo la razón, quedando a merced de las órdenes de esa perfecta armonía y belleza para los sentidos. Deseas que el momento nunca acabe, pero por desgracia nada es eterno y todo acaba, pero gracias a Dios, este momento se repite todos los días al mirar a tus ojos, “mis ojos de brujo”, los ojos de mi Rosa Roja.
Esto va dedicado a mi Rosa Roja, mi niña, mi vida, mi maravilla, mi sueño, mi ilusión, mi mundo, mi esperanza, mi amor, mi preferida. Te Quiero.
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